Publicación: Intersubjectivity as part of the constitution of first-person lived experience
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Traditional explanations of cognition - such as information processing theory - assume that human beings know and experience the world only to the extent that they represent it symbolically and internally, so that the body is understood mainly as an instrument of information input/output, i.e., peripheral to cognition itself. In opposition to the above, the embodied theory assumes the body as an autonomous organism endowed with abilities (e.g. sensorimotor abilities) that allow it to constitute itself as the principle of experience. Thus, in this case, the body is recognized as a vivid body, namely, an experiencer, agent and creator of meaning that brings forth its own cognitive domain in the relationship with an environment endowed with situations, objects and bodies that are part of the way in which lived experience is structured and, therefore, cognition itself. Specifically, the present research of a basic-theoretical non-experimental type, aims to describe the way in which intersubjective encounters are linked to this first-person lived experience. The hypotheses point to the fact that the first-person experience of the body, namely the way in which a body relates to its surrounding environment, is co-determined by intersubjective relations, i.e., by the social and contextual character of the experience.
Las explicaciones tradicionales de la cognición – como la teoría del procesamiento de la información - suponen que el ser humano conoce y experiencia el mundo solo en la medida en que lo representa simbólica e internamente, por lo que el cuerpo es comprendido principalmente como un instrumento de entrada/salida de información, es decir, periférico a la cognición misma. En oposición a lo anterior, la teoría corporeizada asume al cuerpo como un organismo autónomo dotado de habilidades (e.g. habilidades sensoriomotoras) que le permiten constituirse como el principio de la experiencia. Así, en este caso, el cuerpo se reconoce como un cuerpo vívido, a saber, un experimentador, agente y creador de sentido que hace surgir su propio dominio cognitivo en la relación con un entorno dotado de situaciones, objetos y cuerpos que hacen parte de la forma en que se estructura la experiencia vivida y, por tanto, la cognición misma. Específicamente, la presente investigación de tipo básico-teórica no experimental, pretende describir la forma en que los encuentros intersubjetivos se vinculan a esta experiencia vivida en primera persona. Las hipótesis apuntan a que la experiencia del cuerpo en primera persona, a saber, la manera en que un cuerpo se relaciona con su entorno circundante se encuentra codeterminada por las relaciones intersubjetivas, es decir, por el carácter social y contextual de la experiencia.
Las explicaciones tradicionales de la cognición – como la teoría del procesamiento de la información - suponen que el ser humano conoce y experiencia el mundo solo en la medida en que lo representa simbólica e internamente, por lo que el cuerpo es comprendido principalmente como un instrumento de entrada/salida de información, es decir, periférico a la cognición misma. En oposición a lo anterior, la teoría corporeizada asume al cuerpo como un organismo autónomo dotado de habilidades (e.g. habilidades sensoriomotoras) que le permiten constituirse como el principio de la experiencia. Así, en este caso, el cuerpo se reconoce como un cuerpo vívido, a saber, un experimentador, agente y creador de sentido que hace surgir su propio dominio cognitivo en la relación con un entorno dotado de situaciones, objetos y cuerpos que hacen parte de la forma en que se estructura la experiencia vivida y, por tanto, la cognición misma. Específicamente, la presente investigación de tipo básico-teórica no experimental, pretende describir la forma en que los encuentros intersubjetivos se vinculan a esta experiencia vivida en primera persona. Las hipótesis apuntan a que la experiencia del cuerpo en primera persona, a saber, la manera en que un cuerpo se relaciona con su entorno circundante se encuentra codeterminada por las relaciones intersubjetivas, es decir, por el carácter social y contextual de la experiencia.