Examinando por Autor "Idárraga Alzate, María Laura"
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Publicación Acceso abierto Expresión Marzo-Abril, 2010(2011-06-08) César Henao, Pablo; Sánchez, Laura; Alzate, Daniel; Vélez, Lina; Marín, Lisseth; Martínez, Luis Adolfo; Idárraga Alzate, María Laura; Mariel Bejarano, Diana; Sarralde D., Milena; Sánchez Largo, Laura; Berrío Díez, Vanessa; Arboleda González, David; Cristancho O., Fabián; López Duque, NataliaHay una verdad de a puño: si la continuidad de la especie estuviera en manos (o vientre) de los hombres, la humanidad hace eones que habría desaparecido como especie. En este mes de la Mujer (afán comercial por segmentar todo tipo de población y vendernos la obligación de dar regalos) las cifras que acompañan al género femenino no sólo en Colombia sino en el mundo en realidad no dan para celebrar. Para empezar, las cifras (que nunca coinciden) dicen que en Colombia hubo cerca de 4.3 millones de desplazados en 2008-2009, cifra altísima para un país “sin conflicto armado”, donde además el 46% de éstas son mujeres y niños, ya que los hombres fueron asesinados o desaparecidos por fuerzas del orden o grupos al margen de la ley, fueran subversivos o autodefensas. A nivel salarial, cerca del 15% menos reciben las mujeres por su condición. Además de correr el riesgo de ser acosadas sexualmente por patrones, empleadores o compañeros de trabajo. La violencia que se genera contra ellas (y la familia) alcanza cifras vergonzosas para una país que se proclama civilizado, pues sólo en 2005 se registraron más de 37.000 casos denunciados, número bajo si se tiene en cuenta que es más confiable sufrir en silencio y aceptar los designios de Dios en ese sentido. En Medellín, una clínica destinada a tratar las dolencias propias de las féminas paisas terminó siendo estigmatizada por los dómines del cuerpo ajeno y de la moral, anatematizándola porque se realizarían actos pecaminosos e inmorales. Bajo ese panorama, celebrar un Día de la Mujer es, por lo menos, cínico, en una sociedad que no le da las mismas oportunidades, que las segrega, violenta y hasta mata por el imaginario de que son propiedad de los hombres. Como si fuera poco, el origen del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer está marcado por la violencia y la muerte. Aunque diferentes versiones hablan de huelgas en Nueva York, mítines en Europa u obreras calcinadas porque exigían mejorar sus derechos, de verdad que en este marco no se sabe si es mejor felicitarlas o pedirles perdón. Es que ser mujer es de verdad cosa de machos.Publicación Restringido Granada : prohibido olvidar(Universidad Católica de Pereira, 2014-05-16) Idárraga Alzate, María Laura; Núñez Gallego, Maira AlejandraGranada: prohibido olvidar es un compendio de testimonios, documentos, fotografías y experiencias que hablan sobre una realidad, que hoy más que nunca, lideran los activistas de derechos humanos del país: la memoria, un proceso social indispensable para reconocer y entender el conflicto armado en Colombia, visto desde las voces de las víctimas del municipio de Granada, Antioquia. A partir de la Ley 975 de 2005 de Justicia y Paz y debido al desencadenamiento del conflicto armado en distintos departamentos del país, el Estado reconoce iniciativas de memoria con el fin de desentrañar diferentes casos que permanecían en la impunidad, lo que le permitió a las víctimas ser partícipes de sus derechos, conocer y saber la verdad de lo que pasó, hacer justicia en el proceso de condenar al culpable, lograr su indemnización y acompañamiento en el postconflicto como manera simbólica de reparar, que consiste en la restitución, indemnización, rehabilitación y satisfacción de las mismas. El Centro de Memoria Histórica –antes llamado Grupo de Memoria Histórica– nace dentro de la desaparecida Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, estipulada en la Ley de Justicia y Paz. Tiene como misión interpretar las peticiones de los diferentes grupos sociales involucrados en el conflicto, donde además convergen espacios para plasmar acuerdos de paz que ayuden a la reconciliación, comprensión y reparación de los afectados. Funciona como recinto museológico de preservación de la memoria, a través de la combinación de fuentes y recursos, como documentación escrita, sonora y audiovisual; archivos judiciales, seguimiento a los medios de comunicación y como fuente principal en la recolección de información, el testimonio que puede ser individual o colectivo, contribuyendo así a la visibilización de las víctimas. El acompañamiento que el CMH hace a las víctimas es permanente. Son evidencia de estos procesos los más de 10 informes que han arrojado las extenuantes investigaciones; producto de un análisis e interpretación de la radiografía de la guerra en Colombia. Allí no sólo se plasma el contexto histórico, social, político, cultural y económico de los pueblos que han sufrido las consecuencias del conflicto, sino también las maneras en las que se ha reconstruido su tejido social a partir de la memoria recuperada. A pesar de que la memoria no es un proyecto masivo en Colombia, ha ido tomando fuerza desde el Estado, que aunque no ha cumplido a cabalidad lo estipulado, contribuye desde la creación del Grupo de Memoria Histórica. Así mismo otros grupos, organizaciones y ONG han tomado iniciativa y se han apropiado de la memoria para desarrollar diferentes proyectos como estudios, investigaciones, procesos ciudadanos y análisis, como es el caso de Granada. Medellín es pionera en desarrollar planes enfocados a la memoria histórica y a la construcción de tejido social. Este vínculo con la memoria se ha gestado desde las mismas políticas y planes de desarrollo que organiza la administración municipal, abriéndose en la alcaldía un espacio nombrado Programa de Atención a las Víctimas del Conflicto Armado. Dicho programa, reconoce que dentro de la reparación integral a las víctimas hay una dimensión de la reparación que es poco visible, poco reconocida y poco valorada que es el tema de la satisfacción, o sea el tema de la memoria. Es nombrada en la ley como la dimensión de la satisfacción que tiene que ver con todos los procesos de memoria, conocer la verdad, saber qué pasó, por qué pasó, quién lo hizo y cuáles fueron las motivaciones profundas de ese hecho. Desde el programa de Atención a las Víctimas de la alcaldía de Medellín se está construyendo un museo, denominado Casa de la Memoria, que pretende hacer homenaje y reconstruir las memorias de las víctimas del conflicto armado, para lograr una reparación simbólica a través de voces, procesos sociales, historias, testimonios, entre otros memoriales que dan cuenta de las narrativas de la memoria. Tratan de ser museos vivos, donde habrá un conjunto testimonial, un sinnúmero de actividades que tienen que ver con la investigación, procesos educativos de participación y documentación permanente de casos específicos. Finalmente la memoria es un importante ejercicio comunicativo que merece reconocimiento en este país de olvidos. A través de esta revista y la historia que allí se plasma, no buscamos reconstruir la memoria histórica de Granada, sino contar cómo sus habitantes han promovido la creación de procesos y proyectos para resarcir su tejido social, deteriorado en tiempos de guerra.Publicación Acceso abierto Pauta oficial un arma de doble filo(2011-06-08) Idárraga Alzate, María Laura“Pague pa’ que no pague”, “Qué feo eso no haga eso”, “No cultives la mata que mata” “Desenchúfate, chúfate” son algunas de las publicidades más vistas y sonadas en los medios. ¿Cuál es su función? Mostrar lo que están haciendo las administraciones públicas.