Examinando por Autor "Cristancho Ossa, Fabián"
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Publicación Acceso abierto Bacteria, sigue ‘suma’ndo(2011-06-20) Bejarano Vásquez, Mariel; Cristancho Ossa, FabiánPublicación Acceso abierto El charrito del pueblo(2011-05-31) Cristancho Ossa, Fabián“YO SOY UN NIÑO QUE QUIERE TRIUNFAR, Y HASTA AHORA NADIE ME QUIERE AYUDAR, toco y toco y toco esa puerta para poderme entrar… ¿será que yo lo hago muy mal?… o ¿ese tiempo a mi no me ha de llegar?… Colombia, si tú me ves o me escuchas cantar, solo te pido que me des ¡una oportunidad!”.Publicación Acceso abierto Expresión Agosto-Septiembre, 2009(2011-06-01) Gómez Molina, Abelardo; Toro Monsalve, Juan Manuel; Colorado Grisales, Gustavo; Molano Gaona, Franklyn; Vivas López, Leidy Viviana; Marín Corrales, Lisseth; Cristancho Ossa, Fabián; Sarralde Duque, Milena; Ballesteros A, Jaime Andrés; Caro Morales, Mateo AgustínLa crisis de Colombia y Venezuela parece a una verdadera relación de buenos malos hermanos. Vienen de la misma raíz, los libertó el mismo padre fundador y uno más que otro se encarga de velar todo lo que le pasa a su vecino con el interés de verlo caído, la desdicha de uno es la alegría del otro. Y la Historia, madre y ramera de los pueblos, es moldeada al interés de los dominantes, de los grupos que echan mano de ella como si fuera una fórmula que justifica desde el pasado las acciones del presente, hipotecando el futuro. Chávez, que mezcla a Bolívar con Marx, a Páez con Manuel Marulanda, manosea así el pasado y lo trasviste a su antojo generando una caricatura de patriotismo, nefasto y peligroso. Veamos unos ejemplos que la Historia oficial “veneca” no muestra: - En 1833 el Congreso de Venezuela aprobó, una vez separados sus lazos con la Nueva Granada gracias a Páez y sus mañas particulares, declarar a Bolívar “hijo espurio”, ordenando “(los títulos de honor y gloria), con acuerdo del consejo de Gobierno, señalará por un decreto particular, un día en que en medio de la plaza de armas se quemen todos esos monumentos de gloria concedidos a un hijo espurio que pretendió clavar el puñal parricida en el corazón de una madre amorosa”. ¿El pecado de El Libertador? Pretender mantener la unidad de la nueva república con la capitanía de Venezuela dirigida desde Bogotá, algo que para el llanero José Antonio Páez era inadmisible. - En 1831 los mismos héroes de la patria que deseaban pasar por las armas a Bolívar invadieron Casanare y pretendieron a la fuerza quedarse con toda la Guajira. Tras la firma del tratado Pombo- Michelena, se demostró que esos terrenos eran de la Nueva Granada desde las viejas Cédulas Reales y se zanjó el diferendo. Aunque en el caso del departamento más norteño de Colombia, Caracas siempre lo ha tenido como una futura adquisición territorial, así como en los mapas chavistas la mitad de Guayana está incorporada al territorio bolivariano. - Marx, quien fungió de periodista para ganarse algunos marcos de capital económico en la vida, describió a Bolívar como un tirano, “la intención de Bolívar era unificar a toda América del Sur en una república federal cuyo dictador quería ser él mismo. Mientras daba amplio vuelo a sus sueños de ligar medio mundo a su nombre el poder efectivo se le escurría rápidamente de las manos”, escribió Marx, texto olvidado por quienes colocan hoy la barbada efigie del alemán junto al malquerido caraqueño al mismo nivel de prohombres iluminados. - En 1988 Venezuela firmó a través del representante del Comando Sur de EEUU un acuerdo de asistencia militar, con naves estadounidenses patrullando en conjunto el Caribe, ante la amenaza que implicó la construcción de una base cubana en Grenada y su posible uso por parte de naves aéreas y marítimas soviéticas. El pacto estuvo precedido de la adquisición de numerosos aviones F-16, naves de combate que dejaban por el suelo la fortaleza de los países vecinos. - Por décadas la dirigencia política y militar de Venezuela ha inoculado en su población la obligación patriótica de defender el territorio de las múltiples agresiones colombianas. Poco ha cambiado entonces, pero el sentimiento anticolombiano es una constante desde los albores de su independencia. La Historia binacional deja ver un marcado interés imperialista de los vecinos, interesados de comprar su liderazgo bien sea con petrodólares o con la exportación de la versión tiránica del socialismo del siglo XXI. Alguien dijo que el patriotismo es el último refugio de los pícaros, no importa si son de derecha o de izquierda.Publicación Acceso abierto Expresión, Abril 2008(2011-05-31) Vargas, Gustavo Adolfo; Ramírez, Sebastián; Tobar, Ana Cristina; Cristancho Ossa, Fabián; Caro Morales, Agustín MateoEl escándalo de la parapolítica no deja de ser noticia, ya tiene entre manos a 31 congresistas detenidos por órdenes de la Corte Suprema de Justicia y cada día parece ser el inicio de una lista sin fin. Incluso hay 32 congresistas más en investigaciones preliminares. Sin duda alguna, Colombia está pasando por una crisis institucional; los vínculos descubiertos entre la política y los grupos armados ilegales permiten constatar la debilidad del Estado colombiano, dejando en entredicho, una vez más, la credibilidad del país a nivel internacional. Uno a uno van desfilando los dirigentes políticos, desde el Congreso hasta la cárcel, sin importar si están ejerciendo un cargo o si por el contrario ya no hacen parte de este gremio, como es el reciente caso del ex presidente del Senado, Mario Uribe Escobar, primo del Presidente Uribe. Este hecho ha desatado toda clase de debates, injurias y acusaciones, no sólo por sus vínculos con la parapolítica, sino por la manera en que pretendía huir de sus responsabilidades. En medio de este panorama de incertidumbre y desesperanza, en términos políticos, la Corte Suprema de Justicia hace su aparición y como la más alta instancia judicial ha dado una voz de aliento ante el escepticismo que respira el país a la hora de hablar de justicia. Escepticismo que se consolida en la misma medida en que los casos de corrupción se van ventilando. De hecho, la Corte Suprema es quizás la única institución que ha demostrado firmeza ante la altanería del Presidente Uribe y está dispuesta a continuar en su labor de desmantelar a aquellos dirigentes que hacen parte de este juego paramilitar, sin importar si rompe los intereses de grandes personalidades del país. De esta manera busca que cada quien asuma la responsabilidad de sus hechos sin temor de herir susceptibilidades. En este contexto, la propuesta por parte del Gobierno de crear un tribunal especial que juzgue al Presidente, a los congresistas y a los magistrados de las altas cortes, justo en el momento en que la Corte Suprema de Justicia está llamando a rendir cuentas a congresistas involucrados en la parapolítica, deja ver la intención por parte del mandatario de crear estratégicamente instituciones que vayan con los intereses políticos de ciertos grupos. ¿Será que la reforma es la manera más sensata de asumir esta responsabilidad política? ¿Ésta es la manera de demostrar que Colombia es un Estado de Derecho? Ante panoramas como los ya descritos, es importante apoyar fielmente las investigaciones que está liderando la Corte Suprema de Justicia, ya que buscan esclarecer las vinculaciones de políticos no sólo con paramilitares sino también con el narcotráfico y la guerrilla, de esta manera comprobar que Colombia es un país de derecho no sólo porque está incluido en un discurso, sino porque se demuestra con hechos.Publicación Acceso abierto Expresión, Marzo 2008(2011-05-31) Marín Ocampo, Ricardo; Sarralde, Milena; Cristancho, Fabián; Marín Ocampo, Ricardo; Alzate Quintero, Yohana; Cristancho Ossa, Fabián; Idárraga Guerrero, César; Sarralde Duque, MilenaCuando la capacidad de asombro pareciera abrumada ante lo absurdo de la realidad, surgen en Colombia hechos inesperados que reafirman aquello de que “pasa en el cine, pasa en la vida real”. Y no es para menos. La muerte de alias “Raúl Reyes” llenó de alborozo a muchos de aquellos millones que marcharon en los meses de febrero y marzo. Esa mañana de sábado pocos querían desprenderse de sus radios o televisores. Lo que escuchaban y veían les parecía increíble. Claro que el insurgente era un ser humano y, como tal, digno de compasión si se atiende a la moral imperante. Pero el ánimo revanchista dominó a las masas. Y de eso se trata el asunto: de la moral. ¿Cuál es la moral de una sociedad como la colombiana? Por los hechos vistos y vividos en los últimos años, pareciera que se debate entre ambigüedades de todo tipo. En una especie de esquizofrenia colectiva, se pasa del amor al odio, de la esperanza a la más abrumadora perspectiva, del cielo al infierno. Y esta vez tampoco fue la excepción. Lo que el sábado avizoraba ser el más grande triunfo del presidente Uribe y su equipo de gobierno, con todo y su cuestionable Seguridad Democrática, pocas horas más tarde se convertiría en la peor pesadilla diplomática de la historia nacional. Nunca Colombia había sido más malquerida en el contexto latinoamericano, ni siquiera eso ocurrió cuando calló de manera cómplice durante la guerra de las Malvinas, en contravía del apoyo irrestricto de los demás países al desatino de la Junta Militar argentina que se enfrentó a la todo poderosa Inglaterra. Esta Colombia que tanto duele en el corazón de todos es la misma que ahora la mayoría del vecindario califica como digna de desconfianza. Y, peor aún, con un mandatario cuasidemente alentando rencillas en otros frentes mientras se vanagloria de sus petrodólares. En este escenario el destino común del pueblo latinoamericano parece quedar extraviado. De hecho, por largo tiempo se aplaza el sueño de la unidad, la hermandad y la solidaridad recíprocas. La muerte de Reyes fue un importante triunfo militar, pero cabe preguntarse sobre los costos reales que en el presente y en el futuro se deberán pagar. Es, por decir lo menos, una victoria pírrica, cuyos alcances pocos alcanzan a medir. Es indudable que lo ocurrido en la Cumbre de Río reunida en Santo Domingo deja innegables lecciones que nos llaman a pensar de manera muy seria sobre la manera como se conducen las crisis diplomáticas. Y esto no solo en el contexto nacional, también en el escenario latinoamericano, pues virajes tan dramáticos, positivos esta vez, dejan el sinsabor de la improvisación y el predominio de intereses localistas para nada santos al momento de abordar las relaciones entre países. En fin, como ya se repite con insistencia en diferentes escenarios, solo queda pedir mucha serenidad, lejos de patrioterismos anacrónicos en un mundo construido sobre la base de múltiples dependencias y con la inocultable necesidad de mantener los lazos políticos, económicos y culturales entre naciones que comparten un destino común. * * * A partir de la presente edición, EX-PRESIÓN estrena Comité Editorial. De hecho buena parte de los contenidos aquí publicados surgieron de la indagación propuesta y concretada por sus integrantes. Es un grupo muy joven, pero ansioso por darle nuevas dinámicas que esperan tengan receptividad entre los lectores. El Comité Editorial de EX-PRESIÓN invita a todos los estudiantes de Comunicación Social - Periodismo de la UCPR para que postulen sus textos con miras a ser publicados en la edición de abril. Eso sí, la extensión de los mismos debe ajustarse a los condicionantes de espacio (600 palabras por artículo).Publicación Acceso abierto Expresión, Mayo 2009(2011-06-20) Cristancho Ossa, Fabián; Molano Gaona, Franklyn; Marín Corrales, Lisseth; Henao Osorio, Pablo César; Muñoz, Cindy; Hincapié, Juan Manuel; Caro Morales, Agustín Mateo; Sarralde Duque, Milena¿Qué hace un periodista? Esa es la pregunta con la que muchas veces los pichones en este oficio ingresan a las aulas las primeras semanas de cada semestre. Llegan con las ilusiones propias de la edad y los temores normales del que se enfrenta a un mundo nuevo. Y los periodistas docentes, curtidos en la materia, señalan las cosas buenas, regulares y malas que tiene la otrora denominada “profesión más bella del mundo”. Y ante ese panorama, el escenario no siempre es el más halagüeño. La crisis económica amenaza la sobrevivencia de muchos medios y el miedo se siente en nuestro entorno. Es un secreto a voces que los periódicos, emisoras y productoras de TV han amenazado a sus empleados con que el recorte de personal es un fantasma que poco se materializa en las oficinas de Personal. En 2009 uno de los principales periódicos del país cortó sus vínculos laborales con más de 23 coordinadores regionales y periodistas, sin que medio alguno saliera en defensa de los colegas afectados. Es que de eso, como en la película de María Luisa Bemberg, no se habla. ¿Qué hace un periodista? Muta o se muere. Los medios de comunicación actuales deben transformarse. Y las relaciones con sus audiencias también. Por ejemplo Francia lanzó un salvavidas económico, que implicó la inversión por parte del Estado de más de $200 millones de euros para los próximos dos años. Con eso se procurará que los franceses adquieran una prensa cuya elaboración tendrá menos impuestos, se abaratarán los importes de distribución, no tendrá IVA la prensa online, se reforzará la capacitación de los periodistas en lo digital y, lo principal, los jóvenes mayores de 18 años tendrán por parte del Estado la suscripción durante un año del medio que plazcan. Llegar a hacer algo similar en Colombia es difícil… pero no imposible. Por eso, ante la pregunta ¿qué hace un periodista? se debe añadir el complemento: sobrevivir. Y para sobrevivir se necesita cambiar, actualizarse, estar acorde con sus lectores, buscar puntos de encuentro con ellos. Ganarse a los jóvenes que necesitan ser tenidos en cuenta, valorados y leerse porque en las páginas se cuentan sus historias, sueños y preocupaciones, más allá de la chabacanería de la moda, el muerto del día y el gratuito erotismo que se les endosa. Por eso, se inicia esta nueva etapa de EXPRESIÓN como revista nacida del Programa de Comunicación Social- Periodismo de la UCPR, de sus docentes, administrativos y futuros periodistas. Es una quijotada, pero es que además de mutar, sobrevivir, los periodistas también soñamos con una sociedad diferente y, más aún, con que ese sueño sea contagioso.Publicación Acceso abierto Expresión, Mayo, Junio, Julio, 2010(2011-06-20) Alzate Isaza, Daniel; Victoria, Carlos Alfonso; Orozco Quintero, Andrés; López Duque, Natalia; Bejarano Vásquez, Mariel; Cristancho Ossa, Fabián; Muñoz, Yuli Andrea; Zuluaga Bedoya, María Angélica; Idárraga, María Laura; Romero Aroca, César Augusto; Hincapié, Juan Manuel; Sánchez Largo, Laura; Sarralde D., MilenaSi durante mucho tiempo la política fue un ejercicio de comunicación en el que un grupo de poder intentaba transmitir una propuesta en forma de ideología, de modelo de gobierno o de proyecto de sociedad a través de un intermediario- el político-, las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI trajeron consigo una inversión de la premisa. Las ideologías pasaron a segundo plano, los modelos de gobierno se convirtieron en un asunto técnico y el proyecto de sociedad se vio reducido a un enunciado retórico. En su lugar, los medios de comunicación, aupados por las agencias de publicidad y las empresas de mercadeo, hoy no proponen programas sino individuos, de cuya capacidad para la puesta en escena y para el manejo de los lenguajes mediáticos al uso depende el grado de aceptación entre los electores. De allí se concluye que no importen los contenidos sino el carisma y la capacidad del candidato para sintonizar con los anhelos o los temores primarios de la población. Una mirada a los procesos electorales de los últimos años nos da un panorama de la situación: En 2008 los colombianos eligieron a Andrés Pastrana, no por la solidez de sus casi inexistentes postulados, sino por la promesa de paz implícita en su aparente cercanía con “ Tirofijo” y su toalla devenida símbolo de reconciliación. Cuando la guerrilla optó por el desplante y el gobierno tiró la tolla, buena parte de la población se arrojó en los brazos de un finquero paisa que, con un tono entre bravucón y sensiblero, prometió manejar el país como si se tratara de un potro cerrero y de paso acabar con la subversión. Ocho años después, desesperada porque el precio de la seguridad democrática fue una aumento desbocado de la corrupción y la politiquería, buena parte de esa masa le apuesta su destino a dos matemáticos que hablan de legalidad como si fuera una virtud particular y no la obligación de un estado social de derecho que se precie de serlo. Para lograr su objetivo, la dupla Mockus-Fajardo, tan glamorosa como la delantera del Real Madrid, cuenta con una herramienta que en su momento no tuvieron sus antecesores: las llamadas redes sociales, un universo sin lugar ni tiempo, donde las cruzadas de todo tipo se multiplican y crecen con pasmosa rapidez, al punto de que hoy ,en los cuatro puntos cardinales de Colombia y en cualquier lugar de la tierra donde habite un colombiano, se habla de “El fenómeno Mockus”. Y en este punto es donde la discusión se torna interesante. ¿Cuántos de los contagiados por la fiebre se han detenido a analizar los contenidos de una propuesta capaz de seducirlos con tan inusitada rapidez? ¿Es la suya una decisión o una respuesta impulsiva -y a veces compulsiva– al carácter contagioso de los mensajes que circulan por la red? Esas son preguntas que los colombianos deberíamos tratar de responder, independiente de si simpatizamos o no con los candidatos en cuestión, si queremos de veras forjar una cultura política donde el raciocinio y al análisis vuelvan a jugar el papel que les corresponde, sobre todo en sociedades tan proclives a los actos pasionales como la nuestra.Publicación Acceso abierto Expresión, Noviembre 2008(2011-07-25) Cristancho Ossa, Fabián; Bedoya, Liceth Juliana; Toro Monsalve, Juan Manuel; Loaiza, Katherine; Jiménez Rodríguez, Jorge; Aguilar Correa, Esteban; Hincapié, Francisco Javier; Vargas, Gustavo AdolfoLos economistas hablan de un término que para cualquiera suena como a juego de niños. Pero no es para nada una diversión. De hecho, se ha convertido en el dolor de cabeza de millones de personas, además de acentuador de múltiples injusticias sociales, en un planeta de por sí bien injusto. Se trata de las burbujas económicas. Estas pompas de jabón, para explicarlo en términos mundanos, se presentan en el mercado financiero cuando se negocia a valores muy por encima de los valores intrínsecos, o sea, de los valores reales. Esto quiere decir que se inflan los precios a la espera de hallar tontos que los compren y estos, a su vez, los vendan a otros más tontos. Hasta aquí todo parece un simple juego especulativo de comisionista novato. Lo grave es que el último tonto, que por supuesto pierde todo su capital, arrastra a los demás integrantes del mercado y se inicia un efecto dominó que, con las actuales tecnologías de la comunicación, se convierte en una pandemia en cuestión de horas. Peor que el más terrible virus informático, todos los mercados del planeta quedan “infectados” de manera casi mortal… y en cuestión de minutos. Estas burbujas, cuyo ejemplo más cercano lo está viviendo el mundo en la actualidad, se remontan a varios siglos atrás. Incluso, algunos ubican la primera de ellas en el siglo 17, cuando la especulación con los tulipanes holandeses arruinó a miles de inversionistas y, por supuesto, al pueblo holandés, que apenas se reponía de una plaga de peste bubónica. ¿Pero a qué viene todo este prólogo? A dar por sentado un principio que se niega de manera reiterada por el sector financiero: su juego de especulación se pasa por alto la ética y cualquier norma moral, todo en el afán de ganar mucho dinero y de manera fácil. Con el agravante de que los verdaderos perdedores somos todos, incluso aquellos que en la vida han tenido un peso para comprar una acción del más pequeño valor. Además, los tradicionales valores se convierten en “valores… bursátiles”. De este modo las Bolsas, con el consentimiento o indolencia de los gobiernos, se convierten en fiel exponente de un orden mundial en el cual el capitalismo salvaje es la consigna. Eso sí, a la hora de la bancarrota, las pérdidas se socializan, terminando con la intervención de ese mismo Estado que antes era indolente, pero que enfrentado a la crisis de los grandes actúa rápido y disponiendo de nuestro dinero para así beneficiar a unos pocos. La excusa, como siempre, es que si no se actúa de esa manera la bancarrota será general. Mientras tanto, en lujosas oficinas de Wall Street o del piso 90 de una torre en Hong Kong, hombres y mujeres radiantes festejan haber podido salvar sus fabulosas fortunas, sin importar que al día siguiente centenares de países anuncien recortes en el empleo o en la inversión social, esa misma que no da plata, pues apenas sirve para salvar pobres. Y de pobres no se trata este gran negocio llamado mundo.Publicación Sólo datos La “Guerra Sucia”, otra forma de violencia -hipodérmica- en Colombia(Universidad Católica de Pereira) Cortés Sánchez, Juliana; Cristancho Ossa, FabiánPublicación Sólo datos La “Guerra Sucia”, otra forma de violencia -hipodérmica- en Colombia(Universidad Católica de Pereira) Cortés Sánchez, Juliana; Cristancho Ossa, FabiánPublicación Acceso abierto Maquillaje para el escudo(2011-05-31) Cristancho Ossa, FabiánPublicación Acceso abierto Memorias de risa y tragedia(2011-06-01) Cristancho Ossa, FabiánPublicación Acceso abierto Nadando hasta los olímpicos(2011-06-20) Cristancho Ossa, FabiánA pesar del día gris y frío, el pasillo está inundado de un fuerte olor a bloqueador. Para los que no visitan este santuario al deporte, ¡cuidado! Porque el piso siempre se encuentra húmedo y resbaloso.Publicación Acceso abierto “Si los sacerdotes fueran como el padre Javier Giraldo, iría a misa”(2011-06-20) Cristancho Ossa, FabiánPublicación Acceso abierto El sisbén, engañado(2011-05-31) Cristancho Ossa, FabiánCon farsas, trampas y engaños, centenares de personas buscan beneficiarse de un subsidio que fue expresamente diseñado para pobres. Para ello se valen de peripecias y jugarretas. Ocultar información determinante en el estudio socioeconómico es el objetivo, y lo peor es que muchos lo logran