Examinando por Autor "Marín Corrales, Lisseth"
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Publicación Acceso abierto ¿Dónde están los desaparecidos?(2011-06-01) Marín Corrales, LissethLas víctimas del conflicto armado en Colombia son, en su mayoría, madres, esposas e hijas, que decidieron dejar a un lado el silencio y contarle al país que los crímenes de Estado a sindicalistas, campesinos y a defensores de los Derechos Humanos, son un capítulo sin punto final. Cualquier espacio público se convierte en el escenario apropiado para alzar voces enérgicas y reclamar por la vida de más de 15 mil desaparecidos, ratificando a una sola voz que eran personas líderes de la comunidad, pero las armas acallaron sus palabras y perdieron la oportunidad de compartir su vida y de construir el futuro. ¿Hasta cuándo tendremos que esperar? Es la pregunta que retumba cada amanecer en la mente de miles de madres que seguirán esperando conocer qué pasó con sus hijos y al mismo tiempo, seguirán luchando por la verdad, justicia, reparación y garantías de no repeticiónPublicación Acceso abierto Expresión Agosto-Septiembre, 2009(2011-06-01) Gómez Molina, Abelardo; Toro Monsalve, Juan Manuel; Colorado Grisales, Gustavo; Molano Gaona, Franklyn; Vivas López, Leidy Viviana; Marín Corrales, Lisseth; Cristancho Ossa, Fabián; Sarralde Duque, Milena; Ballesteros A, Jaime Andrés; Caro Morales, Mateo AgustínLa crisis de Colombia y Venezuela parece a una verdadera relación de buenos malos hermanos. Vienen de la misma raíz, los libertó el mismo padre fundador y uno más que otro se encarga de velar todo lo que le pasa a su vecino con el interés de verlo caído, la desdicha de uno es la alegría del otro. Y la Historia, madre y ramera de los pueblos, es moldeada al interés de los dominantes, de los grupos que echan mano de ella como si fuera una fórmula que justifica desde el pasado las acciones del presente, hipotecando el futuro. Chávez, que mezcla a Bolívar con Marx, a Páez con Manuel Marulanda, manosea así el pasado y lo trasviste a su antojo generando una caricatura de patriotismo, nefasto y peligroso. Veamos unos ejemplos que la Historia oficial “veneca” no muestra: - En 1833 el Congreso de Venezuela aprobó, una vez separados sus lazos con la Nueva Granada gracias a Páez y sus mañas particulares, declarar a Bolívar “hijo espurio”, ordenando “(los títulos de honor y gloria), con acuerdo del consejo de Gobierno, señalará por un decreto particular, un día en que en medio de la plaza de armas se quemen todos esos monumentos de gloria concedidos a un hijo espurio que pretendió clavar el puñal parricida en el corazón de una madre amorosa”. ¿El pecado de El Libertador? Pretender mantener la unidad de la nueva república con la capitanía de Venezuela dirigida desde Bogotá, algo que para el llanero José Antonio Páez era inadmisible. - En 1831 los mismos héroes de la patria que deseaban pasar por las armas a Bolívar invadieron Casanare y pretendieron a la fuerza quedarse con toda la Guajira. Tras la firma del tratado Pombo- Michelena, se demostró que esos terrenos eran de la Nueva Granada desde las viejas Cédulas Reales y se zanjó el diferendo. Aunque en el caso del departamento más norteño de Colombia, Caracas siempre lo ha tenido como una futura adquisición territorial, así como en los mapas chavistas la mitad de Guayana está incorporada al territorio bolivariano. - Marx, quien fungió de periodista para ganarse algunos marcos de capital económico en la vida, describió a Bolívar como un tirano, “la intención de Bolívar era unificar a toda América del Sur en una república federal cuyo dictador quería ser él mismo. Mientras daba amplio vuelo a sus sueños de ligar medio mundo a su nombre el poder efectivo se le escurría rápidamente de las manos”, escribió Marx, texto olvidado por quienes colocan hoy la barbada efigie del alemán junto al malquerido caraqueño al mismo nivel de prohombres iluminados. - En 1988 Venezuela firmó a través del representante del Comando Sur de EEUU un acuerdo de asistencia militar, con naves estadounidenses patrullando en conjunto el Caribe, ante la amenaza que implicó la construcción de una base cubana en Grenada y su posible uso por parte de naves aéreas y marítimas soviéticas. El pacto estuvo precedido de la adquisición de numerosos aviones F-16, naves de combate que dejaban por el suelo la fortaleza de los países vecinos. - Por décadas la dirigencia política y militar de Venezuela ha inoculado en su población la obligación patriótica de defender el territorio de las múltiples agresiones colombianas. Poco ha cambiado entonces, pero el sentimiento anticolombiano es una constante desde los albores de su independencia. La Historia binacional deja ver un marcado interés imperialista de los vecinos, interesados de comprar su liderazgo bien sea con petrodólares o con la exportación de la versión tiránica del socialismo del siglo XXI. Alguien dijo que el patriotismo es el último refugio de los pícaros, no importa si son de derecha o de izquierda.Publicación Acceso abierto Expresión, Mayo 2008(2011-06-01) García Ardila, Deiby; Molano Gaona, Franklin; Grajales, Rodrigo; Marín Corrales, Lisseth; Velásquez Orozco, Juan PabloPasan los días de manera inexorable y, con cada fecha que se deja atrás, en el calendario pareciera quedar sepultada la memoria. Es de sobra conocido por muchos el aforismo ese que aborda la condición amnésica de Colombia. Este país renuncia al pasado como política de la memoria. Por ello se impone la historia como recetario de quienes detentan el poder, a través de sus oficiosos amanuenses, los cuales siempre han sobrado cuando el dinero muestra su espléndido brillo. Aquí los hechos ocurren unos tras otros, en una eterna retahíla apenas entendible para algunos cuantos, pues la gran mayoría escoge el camino fácil de aportar su desdén. Pero a esa capacidad de olvidar, innata en los hijos de Policarpa, además heroína desdibujada en la memoria colectiva, se suma el repetido interés de los gobernantes por ocultar la realidad. Ejemplos hay muchos, quizá uno de los más protuberantes fue en 1928, pocas semanas después de la conocida como “Masacre de las bananeras”. El Congreso de ese entonces, en vez de abordar el tema con la profundidad que merecía y objetar también la intervención desmedida de las multinacionales, se quiso extraviar en una absurda discusión sobre la infiltración del comunismo soviético en estas tierras. Hoy, cuando surgen múltiples situaciones riesgosas para el surgimiento de un proyecto de nación, los detentadores del régimen sacan a relucir toda su artillería, en particular la asombrosa capacidad para manipular la información. Y, paralelo a ello, sucede otro hecho más preocupante aún, la increíble actitud servil que las grandes empresas de comunicación demuestran cada día. Ante hechos cuya gravedad los imparciales jueces de la historia y la memoria sabrán calificar en su justa medida en algunas décadas, los beneficiados por el poder han tomado una actitud cómoda, complaciente si se quiere. Se impone así una hegemonía de la memoria, aquella surgida del discurso oficial que pregona a los cuatro vientos las buenas nuevas para ocultar -con la persuasión o la fuerzalas fallas estructurales que más adelante alguien tendrá que pagar y, peor, cuyas consecuencias todos deberán padecer. El periodismo independiente está herido de muerte en Colombia, lo dicen muchos en voz baja. Otros, unos cuantos, se atreven a lanzar críticas abiertas. Para estos últimos, al mejor estilo de las dictaduras, no queda más que el sendero del destierro o la negación de espacios para divulgar su Los medios no representan a la ciudadanía. Esa afirmación grosera y generalizante, atrevida si se quiere, se evidencia mucho más en la medida que crece el capital invertido en esas empresas mediáticas. Entre más grandes, más entregados. Ya mucho se ha hablado y escrito, por ejemplo, sobre la aberrante claudicación de la empresa televisiva y radial de las tres letras. Pero esa es solo la punta del enorme témpano de hielo, pues allá abajo, ocultos para las miradas inquisidoras de los consumidores críticos, otros se camuflan mientras pregonan su independencia, amparados en que sus propietarios extranjeros les garantizan absoluta independencia. Nada más falso. Claro que los medios de comunicación son empresas, como tales perseguidoras de un rendimiento económico que estimule a sus propietarios, pero no se puede olvidar nunca la responsabilidad social que marca y mueve al ejercicio del periodismo. Un periodista no pertenece a su empresa; su verdadera lealtad es con el público. Sin esa premisa bien asimilada, los periodistas no serán más que mercenarios de la información. Y todos saben cómo terminan los mercenarios.Publicación Acceso abierto Expresión, Mayo 2009(2011-06-20) Cristancho Ossa, Fabián; Molano Gaona, Franklyn; Marín Corrales, Lisseth; Henao Osorio, Pablo César; Muñoz, Cindy; Hincapié, Juan Manuel; Caro Morales, Agustín Mateo; Sarralde Duque, Milena¿Qué hace un periodista? Esa es la pregunta con la que muchas veces los pichones en este oficio ingresan a las aulas las primeras semanas de cada semestre. Llegan con las ilusiones propias de la edad y los temores normales del que se enfrenta a un mundo nuevo. Y los periodistas docentes, curtidos en la materia, señalan las cosas buenas, regulares y malas que tiene la otrora denominada “profesión más bella del mundo”. Y ante ese panorama, el escenario no siempre es el más halagüeño. La crisis económica amenaza la sobrevivencia de muchos medios y el miedo se siente en nuestro entorno. Es un secreto a voces que los periódicos, emisoras y productoras de TV han amenazado a sus empleados con que el recorte de personal es un fantasma que poco se materializa en las oficinas de Personal. En 2009 uno de los principales periódicos del país cortó sus vínculos laborales con más de 23 coordinadores regionales y periodistas, sin que medio alguno saliera en defensa de los colegas afectados. Es que de eso, como en la película de María Luisa Bemberg, no se habla. ¿Qué hace un periodista? Muta o se muere. Los medios de comunicación actuales deben transformarse. Y las relaciones con sus audiencias también. Por ejemplo Francia lanzó un salvavidas económico, que implicó la inversión por parte del Estado de más de $200 millones de euros para los próximos dos años. Con eso se procurará que los franceses adquieran una prensa cuya elaboración tendrá menos impuestos, se abaratarán los importes de distribución, no tendrá IVA la prensa online, se reforzará la capacitación de los periodistas en lo digital y, lo principal, los jóvenes mayores de 18 años tendrán por parte del Estado la suscripción durante un año del medio que plazcan. Llegar a hacer algo similar en Colombia es difícil… pero no imposible. Por eso, ante la pregunta ¿qué hace un periodista? se debe añadir el complemento: sobrevivir. Y para sobrevivir se necesita cambiar, actualizarse, estar acorde con sus lectores, buscar puntos de encuentro con ellos. Ganarse a los jóvenes que necesitan ser tenidos en cuenta, valorados y leerse porque en las páginas se cuentan sus historias, sueños y preocupaciones, más allá de la chabacanería de la moda, el muerto del día y el gratuito erotismo que se les endosa. Por eso, se inicia esta nueva etapa de EXPRESIÓN como revista nacida del Programa de Comunicación Social- Periodismo de la UCPR, de sus docentes, administrativos y futuros periodistas. Es una quijotada, pero es que además de mutar, sobrevivir, los periodistas también soñamos con una sociedad diferente y, más aún, con que ese sueño sea contagioso.Publicación Acceso abierto “La guerra se gana en el escenario de la información”(2011-06-20) Marín Corrales, LissethPublicación Acceso abierto Una historia para contar(2011-06-01) Marín Corrales, LissethPublicación Acceso abierto Las organizaciones sociales: Una apuesta política por las víctimas y contra la guerra(2012-08-01) Marín Corrales, Lisseth